Día contra la Violencia sobre la Mujer
Para mejorar la atención a las víctimas "hay que invertir en criminólogos y psicólogos"
Noticia publicada el
jueves, 21 de noviembre de 2019
El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Carmen Llombart, vocal del CGPJ, magistrada del TSJCV y miembro del Observatorio Nacional contra la Violencia de Género; y Herminia Rangel, magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Valencia y profesora de la UCV, reflexionan sobre esta lacra social.
Vayamos directos al grano: ¿algún día terminaremos o, al menos, reduciremos a algo excepcional los casos de violencia contra la mujer?
Carmen Llombart. Terminar es muy difícil pero creo que puede reducirse el volumen de agresiones actuales (160.000 denuncias y un cálculo de 500.000 hechos de este tipo al año). Hemos de sensibilizar más a la sociedad y reeducar a las personas condenadas por estos hechos para evitar la reincidencia. En resumen: prevención, educacion y sensibilización.
Herminia Rangel. Creo que sí. Se está trabajando mucho pero deberíamos trabajar más en la prevención y la educación, en transmitir a los jóvenes y a la sociedad, en general, valores esenciales en la vida que ahora se están perdiendo, como el respeto o la dignidad.
También hay que trabajar con el maltratador. Acordar alejamientos o imponer penas es necesario pero no suficiente, pues así no se consigue reeducarlo para que no repita los mismos comportamientos. Necesitan terapias y formación para aprender a tratar a la mujer desde el amor, la libertad y la dignidad.
Además, llama la atención que tras 15 años de la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género, la edad de las víctimas es cada vez menor. Hablo de adolescentes con una concepción equivocada del amor que no son conscientes de lo que sufren, que permiten que su pareja les controle, domine, falte a su respeto, e incluso le agreda. Por eso, si queremos terminar con esta lacra hemos de prevenir y educar; y hemos de hacerlo todos juntos, con el hombre y no contra el hombre.
¿Opinan que el Estado dedica los suficientes recursos económicos y humanos a luchar contra esta problemática?
C.L. Las administraciones central y autonómicas están comprometidas en esta lucha y la dotan de partidas presupuestarias importantes. La clave, de todos modos, es realizar una adecuada inversión en profesionales especializados en esta materia como criminólogos y psicólogos, para dar una mejor atención a las víctimas.
H.R. Los recursos son insuficientes. Se necesita mucha más ayuda psicológica a las víctimas y a sus hijos, y apoyar a la mujer que sufre violencia para que se incorpore al mundo laboral; la independencia económica y trabajar le pueden ayudar a salir de la situación de violencia y a superar sus secuelas. También hay que invertir más en la reeducación de los maltratadores.
Según datos de la ONU, un 39% de los hombres en España han pagado alguna vez por sexo, siendo así el tercer país del mundo en demanda de prostitución. ¿Debería endurecerse la ley para los consumidores?
H.R. La prostitución es una violación de los derechos mas esenciales de una mujer, convirtiéndola en un objeto. Entregar tu cuerpo por dinero supone la entrega de tu dignidad y tu libertad. Habría que endurecer las penas -que no es por sí sola la solución-, pero también hay que dar soluciones para que una mujer no necesite ser prostituta para poder vivir.
C.L. En mi opinión, el Código Penal tiene una proporcionalidad adecuada en este tipo de situaciones, ajustada a derecho.
¿Sería un avance social deseable ilegalizar la pornografía por ser una forma de explotación de la mujer?
C.L. Deberían existir comités de ética y de atención para establecer unos controles educativos y sociales al objeto de evitar estas prácticas. Pero más que legislar, la clave es empezar a entender que la pornografía causa un terrible daño a la mujer, denigrándola en el sentido más absoluto de su expresión.
H.R. La pornografía es una violencia contra la mujer que convierte su cuerpo en un objeto, un problema que no se está combatiendo lo suficiente y en el que cada vez se meten personas de edades más tempranas.
Junto a su corporeidad, la mujer tiene sentimientos, inteligencia, valores… Todo esto refleja la belleza del ser humano y es lo que la pornografía nos está quitando. Hemos de educar para descubrir la riqueza del ser humano, para hacer personas felices. Esto no se consigue bus- cando placeres, sino llenando la vida y dándole un sentido.
Otra gran polémica son los llamados “vientres de alquiler”.
H.R. Una práctica que debe ser prohibida. Viola los derechos fundamentales de la mujer porque va contra su dignidad y libertad, dando una parte de ella misma por dinero. Y todo para comprar un niño, por lo que también se violan los derechos fundamentales de este. Los vientres de alquiler lo convierten en una cosa que se entrega a cambio de dinero.
C.L. La sociedad debería recapacitar sobre determinadas prácticas. Más que una cuestión legal es una cuestión de conciencia y sentimiento.
Hoy se ha extendido la idea de que el aborto es un derecho de la mujer pero el aborto ¿no es también un acto de violencia contra la mujer?
C.L. La interrupción voluntaria fuera del marco que establece la legalidad no es posible.
H.R. El aborto es un acto de violencia, ante todo, contra el no nacido, que tiene derecho a la vida; pero es es también un acto violento contra la mujer cuando se ve forzada a abortar por diversas causas de tipo económico, social o cultural, o cuando el hombre se lo impone.
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Silvia Sempere, coordinadora del Grado en Criminología: "Educación y prevención"