Pilar María Estellés, profesora de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha asegurado que, “si bien es cierto que se han experimentado grandes avances en la consecución de los postulados de igualdad de la mujer, la meta queda todavía lejana y no sólo en el esquema social, sino también en el legislativo. Queda pendiente un verdadero respeto y protección de la dignidad y derechos de la mujer, así como de las notas diferenciadoras de su sexo y la protección de la maternidad, que en España es prácticamente inexistente”. 

De este modo, ha recordado que la ayuda media que recibe una mujer embarazada en situación de vulnerabilidad es menor a 6 euros al año y que 2.770.301,56 euroses la inversión destinada por el conjunto de las Administraciones Públicas para las mujeres embarazadas que necesitan apoyo. “Entre 2016 y 2018 el gasto se ha reducido un 40,5%; en cambio, se destinaron 35 millones de euros al aborto, es decir, se gasta 10 veces más en abortos. Alemania ayuda con 96 millones de euros a las mujeres embarazadas frente a los 2,7 de España. Con ayudas, 9 de cada 10 continúan el embarazo”, de acuerdo con el último informe de 2020 sobre el Mapa de Maternidad 2018 presentado por RedMadre.

Otro ejemplo es la maternidad subrogada, una práctica en creciente ascenso en los últimos tiempos y que esta experta ha asegurado que conlleva la comercialización del útero de la mujer. “No pueden ser objeto de tráfico jurídico las facultades reproductivas y de gestación. La comercialización de la maternidad es la principal causa de lesión de la dignidad humana de la madre gestante. Consiste en un nuevo sistema de esclavitud para algunas mujeres en el inicio y desarrollo de este siglo. Curiosamente, se desprotege a la madre de forma generalizada, pero se la requiere para prácticas como la maternidad subrogada”, ha argüido. 

LA EQUIPARACIÓN DE LA MUJER CON EL VARÓN ES JURÍDICO-FORMAL, PERO NO MATERIAL 

Estellés ha dictado estas declaraciones en el marco del XXXV Curso de pedagogía para educadores -organizado por la Fundación Universitaria Española- donde también ha planteado otros interrogantes y claroscuros en el avance jurídico de la mujer. Entre ellos, el hecho de que todavía la equiparación jurídico-formal con el varón no sea “material”.

Una muestra de ello es el derecho a ejercer el sufragio, pues, tras numerosas leyes de igualdad, no existe todavía un acercamiento igualitario de facto de las mujeres al espacio sociopolítico, pese a que la paridad obliga a que ningún sexo tendrá una representación superior al 60% ni inferior al 40% en las listas electorales. “La norma no obliga a que mujeres y hombres se sucedan de forma alterna en las listas, tan sólo que, en cada tramo de cinco puestos haya un reparto del 60%-40%: por lo tanto, si en una candidatura los primeros tres puestos están ocupados por hombres y los dos siguientes por mujeres, la lista cumple la ley, pero después puede ocurrir que solo los tres primeros logren escaño y sean todos hombres. Además, esta norma se aplica sesgadamente, asignando a las mujeres el rango más bajo del porcentaje (en torno al 40% y no al 60%)”. 

Por otro lado, la jurista y docente de la UCV ha recordado que, en gran parte del planeta, las niñas y mujeres no pueden elegir libremente estado civil, y la unión temprana forzada y el matrimonio infantil, constituyen una violación a los derechos humanos contraria a la Convención de los Derechos del Niño, a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y a la Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de diciembre de 1979.  

“El 25% de las jóvenes en América Latina se casó o unió antes de cumplir los 18 años. El 10% eran menores de 15 años. En las zonas rurales el matrimonio de adolescentes es una práctica muy común. África es el continente con las tasas más altas de matrimonio infantil: el número de niñas casadas actualmente, es de 125 millones actuales y se prevé que alcance los 310 millones en 2050”, ha expresado. 

Así las cosas, Estellés ha reconocido que, pese a que la situación de la mujer en mundo actual ha experimentado un importante avance en el reconocimiento de su dignidad y derechos, “en la actualidad, en una gran parte del planeta, persisten leyes que la consideran un ser humano inferior y sometido a dominación”. Un asunto mayor si aceptamos que “la problemática de la mujer es la problemática de la mitad de la especie humana; representamos algo más de la mitad de la población mundial”.