Río - 2016: Entre el dopaje y la mala suerte (Jesús de Salvador, Valencia Plaza)
Noticia publicada el
lunes, 1 de agosto de 2016
Cuenta la historia que hace unos 2790 años comenzaron unos juegos religiosos en honor de los Dioses de la Mitología griega en una villa de la Hélade llamada Olimpia, este evento que se repetía cada cuatro años tenía unas vertientes profanas muy importantes, tanto sociales, culto al cuerpo, como culturales, parece que favoreció el panhelenismo (aunque algún autor habla de que en ellos se dirimían rivalidades y se potenciaban hegemonías), e incluso políticas pues se instauraba una tregua en el caso de existir en ese momento algún conflicto entre las Polis griegas (nada raro por otra parte), de estas perspectivas trata este artículo.
Cuando el Barón Pierre de Coubertin quiso revivir los Juegos Olímpicos creo en 1894 el COI (Comité Olímpico Internacional), teniendo como gran apoyo a Dimitrios Vikelas su primer presidente. Hace 120 años, en 1896 se celebraron los primeros juegos modernos en Atenas atendiendo al espíritu de mens sana in corpóre sano, unido a un actualizado panhumanismo (análogo al panhelenismo original) e incluso de un precoz pacifismo dirían algunos, como leitmotiv de su celebración.
Hoy en día, y desde hace tiempo (casi desde su origen), las cosas no han sido así (viendo la foto del primer COI se intuye). No cabe duda que el deporte es una de las expresiones más altruistas de la humanidad, aunque está claro que parte de él está comercializado, pero lo mercantil-económico va unido indisolublemente a la actividad humana y a la libre iniciativa de las personas, y es totalmente necesario para vivir. Ese altruismo-empatía sirve para, en multitud de ocasiones, poner en contacto a personas de diferentes civilizaciones y culturas y así fomentar las relaciones internacionales, trabajar por la mejora de las diferentes sociedades humanas etcetera.
Por otra parte la comunidad política, los Estados, se han aprovechado de estos encuentros para exponer sus grandes logros en el desarrollo social y cultural del país, sólo con recordar las primeras olimpiadas televisadas, los juegos de Berlín-1936, nos ayudará a visualizar la utilización política de los juegos olímpicos. Posteriormente y siguiendo esos pasos del nacional socialismo, el socialismo real de la Unión Soviética (y su acólita RDA), puso toda la maquinaria estatal al servicio de su élite deportista para demostrar que también el paraíso socialista, que el Telón de Acero nos impedía ver, producía magníficos atletas, envidia del mundo entero.
Fue así como los atletas soviéticos formaban parte en muchos casos de las filas del ejército Rojo para su mayor control, además existieron programas de dopaje estatales en la URSS, como manifestó el titular de la cátedra de bioquímica deportiva de Kiev Michael Kalinski, en donde se utilizaban todo tipo de sustancias, como los esteroides anabolizantes, provocando, entre otras secuelas, que las deportistas adquirieran un aspecto claramente masculinizado, siendo este uno de los síntomas que evidenció la estafa.
En la actualidad, justo a los 25 años de la disolución o mejor dicho de la detonación de la URSS, parece que el gigante eurasiático vuelve a las andadas después de ver lo ocurrido en los Juegos de Invierno de Sochi 2014. En mayo de este año Vitaly Stepanov antiguo empleado de bajo nivel de la agencia antidopaje rusa en el programa de TV de la CBS 60 minutos afirmó la implicación de esta agencia en el dopaje de los atletas rusos en Sochi, esto unido a otras informaciones hizo que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) encargase un informe al jurista canadiense Richard McLaren. Tras el informe, en el que se expone, por ejemplo, como el Viceministro ruso Nagornykh, ante las dudas del Dr. Rodchenkov en 37 análisis, había avisado a la FSB (heredera de la KGB) que se personó en los laboratorios para manipular los resultados que finalmente fueron todos negativos (páginas 16 y 17 del informe), así la AMA solicitó a mitad de este mes de julio la exclusión de Rusia de cualquier competición, incluido los inmediatos Juegos Olímpicos de Rio, hasta que no cambie este país su cultura al respecto.
Ante esta propuesta y para evitar complicaciones el COI ha evitado sancionar a Rusia y en una actitud propia de Pilatos, si me lo permiten, se ha lavado las manos y ha pasado la patata caliente a las Federaciones deportivas internacionales, tras lo cual el atletismo ruso se sigue quedando fuera (67 deportistas), pero también más de media docena de nadadores, junto a deportistas de Halterofilia o de Lucha Libre entre otros. La reacción de Putin evidencia su enfado al afirmar que la suspensión de sus compatriotas para Rio-2016 desprestigia el deporte y merma la calidad de las medallas, así como el hecho de que no asistirá a la ceremonia de inauguración el próximo 5 de agosto, que por otra parte no contará con una gran representación internacional pues de los países del G20 solo 3 de sus dirigentes asistirá.
Los anteriores hechos que por sí solos ya van a enturbiar el inicio de los Juegos Olímpicos, se suman a diferentes acontecimientos que se han ido jalonando desde hace tiempo hasta prácticamente su inauguración (la semana que viene) y que no están transmitiendo precisamente una buena imagen del país del Ordem e Progresso (magnífico lema nacional de Brasil).
Entre los tropiezos o ¨mala suerte¨ que está acompañando la preparación de los juegos cariocas estaría, la crisis política derivada de acusaciones por corrupción al expresidente Lula da Silva y a la presidenta en suspenso Dilma Rousseff, que por cierto ninguno de los dos asistirán a la ceremonia de inauguración, a la que se une la crisis social consecuencia de la económica que vive Brasil (en 2015 el PIB se contrajo un -3,8% y se prevé la misma cifra en el 2016) y que ha provocado una contestación pública a la celebración de los juegos incluso con manifestaciones, a los dos años de celebrar el mundial de fútbol y a los tres de los Juegos Panamericanos, claro empacho de mega eventos. Pero además hay cuestiones que preocupan y ocupan a las autoridades brasileñas y deportivas internacionales así como a los propios competidores, por su incidencia directa en los juegos. Para empezar los posibles problemas de seguridad, para eso se van a desplegar casi 100.000 hombres para prevenir cualquier conato violento, después de que se pacificase, Manu Militari, las convulsas favelas como la del complejo Maré, estratégicamente situada entre el aeropuerto, nudos de comunicación y el centro de la ciudad, amenazas terroristas aparte.
Por otra parte los problemas económicos han incidido en la falta de recursos y medios en los juegos, como la disminución de vehículos oficiales o la más preocupante falta de finalización de las instalaciones de diferentes delegaciones, que ha provocado las quejas por ejemplo de Australia, o la sustitución de edificios anexos por carpas. También la escasez financiera ha llevado a no realizar proyectos de saneamiento de aguas fecales con lo que la contaminación de la Bahía de Guanabara o la laguna de Tijuca continua, y con perdón les transcribiré lo dicho por el Dr. Daniel Becker que trabaja en esas zonas depauperadas ¨"Los atletas extranjeros nadarán, literalmente, en mierda humana y estarán en riesgo de sufrir alguna enfermedad provocada por todos esos microorganismos". Y los problemas de salud no acaban ahí la amenaza del virus del Zika (actualmente contenido) pende sobre la salud principalmente de las atletas féminas y sus posibles descendientes.
En fin deseemos a los Cariocas y a todo el resto de participantes que disfruten de unas casi seguro magníficas Olimpiadas y se puedan resolver todos los problemas que vayan surgiendo, pero sobre todo desear a los deportistas españoles todo la suerte del mundo para que podamos ver nuestra bandera izarse sobre el podio olímpico.