Rosa María Fernández Rubio
Noticia publicada el
miércoles, 13 de noviembre de 2024
Entre mis logros en el mundo de la montaña, están seis de los catorce “ochomiles” del planeta: Gasherbrum II, Everest, Lhotse, Kangchenjunga, Makalu y Manaslu.
Soy la primera mujer española (y hasta el momento la única) en completar el reto de las “7 Cumbres”: escalar las montañas más altas de todos los continentes, incluidas las dos Américas y la Antártida. Completé este proyecto entre mediados de 2005 y principios de 2007 haciendo cumbre en el Everest (Asia), McKinley (América del Norte), Pirámide de Carstensz (Oceanía), Elbrus (Europa), Vinson (Antártida), Aconcagua (América del Sur) y Kilimanjaro (África).
He publicado hasta el momento dos libros: Mi Everest (2005) y En la piel de la alpinista (2007), en los que trato de divulgar mi deporte y mis experiencias personales en la montaña.
A lo largo de mi carrera he recibido algunos premios y reconocimientos entre los que destacaré: Premio Delfos Nacional Absoluto a la ética en el deporte (2005), Medalla de Bronce de la Real Orden de Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes (2007), Áccesit Adidas a la Mejor Hazaña Deportiva del diario Marca (2007), Medalla de Plata del Principado de Asturias.
En el año 2009 sufrí un cáncer de mama que puso en riesgo, tanto mi vida como mi carrera deportiva. Afortunadamente pude reponerme y seguir escalando.
En 2011 fundé el club ciclista btt femenino Una a Una, para difundir la práctica de la bicicleta de montaña entre las mujeres. Fue el primer club de España de sus características y con casi un centenar de socias es uno de los más nutridos y activos del país. Con las deportistas de Una a Una he dirigido en estos años un sinfín de actividades y expediciones, tanto de montaña como de ciclismo, con el fin de fomentar el deporte entre las mujeres y hacerlo accesible a personas de toda condición física y edad.
A lo largo de estos años he tenido la oportunidad de escalar en Los Andes y conocer las cumbres del Chimborazo, Ojos del Salado, Tocllaraju,
Pasochoa, Illimani, Pichincha o Cotopaxi; en Los Alpes, con cumbres en el Cervino, el Eiger o el Mont Blanc; o en los Montes Elburz en Iran, el Damavand, donde tuve ocasión de escalar su punto más alto y descender esquiando.
Mi paso a través del cáncer hizo que me replanteara muchas cuestiones profundas y que reordenara mis prioridades, llevándome, desde entonces, a promover e impulsar algunos proyectos sociales y solidarios, de los que me siento particularmente orgullosa: varias iniciativas deportivas para recaudar fondos destinados a la lucha contra el cáncer, proyectos destinados a la ayuda y protección de niños y niñas del tercer mundo, a la ayuda del deporte de discapacitados o al fomento del deporte femenino.
En 2015 participé como expedicionaria en la primera edición del Reto Pelayo Vida, ideado para que mujeres que habían sufrido cáncer se enfrentasen a retos deportivos que sirvieran de motivación y ejemplo para otras. En aquella ocasión subimos a la cumbre del Kilimanjaro, el punto más elevado del continente africano.
Ya en 2019 regresé al Reto Pelayo Vida, esta vez en calidad de Directora Deportiva, entrenando y dirigiendo al grupo de mujeres seleccionadas (y que no tenían experiencia previa en la alta montaña) para afrontar las escaladas al Acotango y al Nevado Sajama, dos montañas andinas por encima de los 6000 metros de altitud.
En 2023 regrese a Bolivia para cumplir un sueño, escalar con las Cholitas Escaladoras. Una expedición totalmente femenina, también liderada por mujeres, alcanzamos las cumbres de Pequeño Alpamayo y Huaina Potosi.
Durante el verano de 2024, estaré escalando en el norte de la India, una zona aun desconocida para mí.
Sigo escalando y subiendo montañas con la misma ilusión que el primer dia.