¿Será el TTIP otra víctima de la crisis y del populismo? (Jesús de Salvador, Valencia Plaza)
Noticia publicada el
sábado, 3 de septiembre de 2016
En las épocas de crisis, y de la que estamos saliendo es de las más graves, los miedos y sentimientos de la ciudadanía son aprovechados por los populismos, que siempre han sufrido de un evidente sectarismo excluyente, afectando seriamente a las relaciones internacionales cuando existen gobiernos formados o presionados por esos movimientos, dando alas a los proteccionismos y nacionalismos.
Por otra parte es notorio que ante la recesión el comercio es uno de los sectores económicos más afectados, es evidente si no existe o se produce riqueza, si no hay excedentes, no existen intercambios posibles que es la base del comercio.
Con estos antecedentes, estaba claro que que un acuerdo como el TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership, Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión) entre los dos grandes bloques económicos del mundo libre, los USA y la UE, es algo muy complicado el poder sacarlo adelante en un entorno tan hostil, sobre todo por parte de los radicales, los ecologistas de salón y los antisistema que siempre han sabido vivir muy bien predicando contra el Tío Sam.
LOS RADICALES, LOS ECOLOGISTAS DE SALÓN Y LOS ANTISISTEMA SIEMPRE HAN SABIDO VIVIR MUY BIEN MIENTRAS IBAN PREDICANDO CONTRA EL TÍO SAM
Las objeciones en principio al convenio son varias; desde la falta de transparencia, aunque si hacen un poco de memoria histórica de la buena es la negociación internacional más publicitada y de la que más información y desinformación se ha tenido antes de su firma (si esta se llega a producir); problemas de desregulación, dada la mayor regulación laboral y medioambiental europea respecto a la norteamericana que quizás abría que admitir, olvidándose que aún es menor la protección laboral y medioambiental de China que es el principal proveedor de la UE, según los datos de la Agencia Central de Inteligencia USA -CIA-, etcétera.
Los críticos se olvidan, o quieren ignorar, las razones que motivan el pretendido acuerdo con los USA y que no son otras que las mismas que dieron lugar a la creación de la Comunidad Económica Europea (la CEE germen de la UE), el orden y estabilidad de los países que los conforman -Geopolítica en estado puro-; si la CEE buscaba traer la paz al continente europeo haciendo socios económicos, entre otros, a Francia y Alemania sempiternos enemigos de las dos guerras mundiales; el TTIP busca crear una gran zona económica entre los países occidentales para hacer frente al desafío que supone China (Republica Popular) en esta segunda década del siglo XXI, y así poder seguir manteniendo nuestro sistema de vida.
Por otra parte las últimas objeciones (y noticias) que han provocado el presente artículo proceden, primero de Alemania (este pasado fin de semana) en boca de Sigmar Gabriel, vicecanciller y ministro de Economía que declaró el acuerdo como fracasado de facto (contrariando a Angela Merkel firme defensora del tratado), y por parte de Francia este martes cuyo presidente Hollande manifestó que respecto a la negociación del TTIP "Las discusiones no podrán alcanzar un acuerdo de aquí a fin de año. Francia no lo podrá aprobar".
Con estos nuevos posicionamientos los críticos han ganado fuerza, pero tengo que transmitirles que los motivos de Francia y Alemania no son para nada filantrópicos, sino que son interesados y oportunistas como ahora veremos. Primero porque ambos países tienen razones económicas particulares que en un principio, creen sus detractores, no les interesa un acuerdo de libre comercio e inversión con los USA; a Francia por su gran sector público poco competitivo y economia súper protegida, que ha dado lugar a sentimientos que han provocado el volcado de nuestros camiones en el frontera, repetido recientemente por cierto en abril de este año; para Alemania, China es el segundo mercado de sus exportaciones (excluyendo a la UE) y el primero en cuanto el origen de sus importaciones, y primero del mundo en cuanto balanza comercial (ojo que los datos a veces fluctúan en función del año de referencia y de la fuente, la nuestra es como hemos dicho la Agencia Central de Inteligencia USA), por lo que la política de contención USA contra China no le interesa para nada a los germanos.
En segundo lugar en el 2017 en ambos países están llamados a celebrar elecciones (presidenciales y federales), por lo que los intereses electorales, otra vez con tufo populista, se imponen sobre otras consideraciones, muchas veces hemos comentado que parece que vivamos en la época de la estulticia, donde la razón ha muerto y los sentimientos, sobre todo la indignación, gobiernan nuestras meninges.
LOS ESTADOUNIDENSES SON EL PRINCIPAL CLIENTE NO EUROPEO QUE TIENE ESPAÑA
Y ahora viene, el que hay de lo mío, es decir ¿a nosotros nos interesa o no el acuerdo con los USA? Pues precisamente en este mismo diario, en un artículo del día 10 de este mayo pasado, se trató una reunión de diferentes agentes económicos que analizaban el TTIP de forma favorable pues como se expuso los USA son el principal cliente no europeo que tiene España (el 4º del global), que nuestras exportaciones no dejan de incrementarse hacia la tierra de la Libertad (un 26% más en 2015 que en 2014), y además un 90% de lo que vendemos a USA se fabrica en PYMES, por lo que el impacto en puestos de trabajo se puede maximizar.
Insistiendo en la anterior línea pro TTIP en aquel seminario Ramón Trénor, Director de la Oficina de Nueva York de Garrigues, afirmó sobre Valencia que “en febrero 2016 hemos sido al tercera Comunidad Autónoma en variación interanual de las exportaciones con un incremento del 7,9%”, y el propio Presidente del Consejo General de Cámaras de la Comunidad Valenciana, José Vicente Morata, señaló que el tratado “favorecería el comercio del sector automóvil, componentes, agrícola, y textil, claves en nuestro territorio”, por lo que los potenciales beneficios para nuestra Comunitat de incrementar el comercio con los norteamericanos gracias al TTIP son claros.
Esperemos que nuestras instituciones europeas (que son las que más han trabajado en sacar adelante el acuerdo) consigan terminar y firmar este proyecto de gran alianza económica con los USA, a pesar de que también tengamos otro gran escollo al otro lado del Atlántico y son sus elecciones de noviembre, en las que se elige entre guatemala y guatepeor, habrá que seguir esperando lo mejor aunque estemos preparados para lo peor.