Marcelo M. Suárez-Orozco, canciller de la Universidad de Massachusetts (Boston),ha abordado los efectos “escalofriantes” de la pandemia de la covid en la educación de los niños y jóvenes: “el hambre y la desnutrición continúan paralizando a millones de criaturas, que padecen hambre crónica y no reciben alimentos suficientes para llevar una vida activa. La desnutrición, además, amplifica el efecto de todas las enfermedades, malaria, cólera, covid-19: un niño con hambre no puede crecer ni aprender”.

“Cerca de 19 millones de niños y jóvenes están siendo dañados y sufriendo pérdidas que marcarán su futuro. La pandemia ha sido un choque catastrófico que está privando a los niños del acceso a la escuela, a la nutrición, a la salud. Según UNICEF, el progreso ha retrocedido alarmantemente desde que se declaró la pandemia, dejando a tantos niños ante una nueva normalidad devastadora”.

Asimismo, se ha referido a realidades como el suicidio, la trata, los abusos, la explotación, que se han vuelto “más insidiosas durante la pandemia. Desde marzo de 2020 hasta el 30 de abril de 2021 1,3 millones de niños vieron la muerte de sus padres, con Perú, México y Colombia, entre otros países, liderando esta cadena. La OMS advierte sobre un impacto dramático de la covid en la violencia contra niños: una esclavitud moderna que con el covid se ha vuelto más difícil de detectar”, ha subrayado.

“El hambre roba a las criaturas su presente y su futuro”

El canciller de la Universidad de Massachusetts ha examinado también algunos datos relevantes sobre la educación, “camino real para el desarrollo y un motor de bienestar”, así como acerca de la pobreza la extrema y la marginalización, “grave resaca que amenaza a millones de niños y niñas que carecen, hoy, de recursos básicos para la vida”. Así, durante su ponencia en el III Congreso Pobreza y Hambre: Educación y Tecnología en el contexto de la pandemia, organizado por la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha querido alzar la voz ante “el hambre que roba a tantas criaturas su presente y su futuro”.

“Para interrumpir estas desigualdades obscenas debemos priorizar las inversiones globales masivas en un desarrollo sostenible, que incluye desde facilitar el agua potable a mejorar la infraestructura de nuevas escuelas. Es necesario establecer y fortalecer instituciones para crear y nutrir nuevos programas de preparación de maestros, programas de salud pública, programas comunitarios para la alfabetización de adultos, nuevas tecnologías cuando se calibren cuidadosamente con planes de estudios probados, con maestros respaldados”, ha asegurado.

En este sentido, el canciller de la Universidad de Massachusetts se ha referido al impulso de una cuarta revolución que facilite, entre otros factores, nuevas habilidades para complementar los avances tecnológicos en el lugar de trabajo. Esto es así porque, en su opinión, “entender que la escolarización debería proporcionar trabajadores preparados y relevantes para los sistemas de producción y distribución actuales es vulgar; la escolarización debe esforzarse por educar al niño en su totalidad”.

“Más de 780 millones de adultos continúan siendo analfabetos”

Suárez-Orozco ha querido recordar durante su conferencia, impartida de modo online, que “más de 780 millones de adultos continúan siendo analfabetos” y que “millones de niños en países de ingresos bajos se están quedando más rezagados; de hecho, según una investigación, al ritmo actual de cambio los más rezagados podrían tardar cien años en ponerse al día con los niveles de aprendizaje que aquellos para los que el sistema educativo está funcionado”.

Otro desafío al cual se ha referido es que “las escuelas de los países en los países altos están lidiando con educar a los que viene de países bajos. Cientos de miles de jóvenes migrantes son marginados como grupos minoritarios marcados por su raza, etnia, lengua, religión. La marginación está aumentando y su pertenencia vital se ve frustrada”.

En otro orden de las cosas, “la curiosidad que conduce al océano eterno de la verdad se muere en las escuelas alrededor del mundo, tanto en los países de ingresos altos como en los de ingresos bajos. La fenomenología de la experiencia de los jóvenes en las escuelas en el antónimo de la curiosidad y del compromiso”.