La Oficina de Cooperación Internacional al Desarrollo de la Universidad Católica de Valencia (UCV), adscrita al Vicerrectorado para los Alumnos y Acción Social, ha celebrado la primera sesión de las I Jornadas de Cooperación al Desarrollo. El encuentro, que ha tenido lugar en el aula magna de la Facultad de Magisterio y Ciencias de la Educación, en su sede de Edetania, ha contado con un panel de expertos en cooperación internacional y ayuda humanitaria como son Sergio Morató, delegado de la Fundación Vicente Ferrer en la Comunidad Valenciana; Carlos Ortega, presidente autonómico de Cruz Roja Española y Ángel Marín, vicepresidente de Manos Unidas Valencia. La sesión ha sido inaugurada por la decana de la facultad, Mª Consolación Isart.

“Con la covid nadie está a salvo hasta que todo el mundo está a salvo”

Ortega, que también es miembro de las unidades de emergencia internacionales de Cruz Roja, ha detallado durante su presentación el funcionamiento de dicho servicio para subrayar que “el foco en las emergencias es preservar la dignidad de las personas, su humanidad, en situaciones de necesidad y vulnerabilidad extremas”.

En este sentido, ha reparado en el hecho de que la pandemia provocada por la covid-19 “ha supuesto la mayor operación de emergencia del movimiento internacional de la Cruz Roja, que ha actuado en todos los países, sobre todo, en materia de protección, sensibilización e información a la sociedad”. Esto es así, porque según ha detallado el ponente, “todavía hay muchas sociedades donde la información no llega y hay que explicar de dónde viene la enfermedad, como ocurrió con el ébola en África occidental en el año 2014: las comunidades desconocían su procedencia y los medios para que no se propagase. Se trata de una operación de gran envergadura en la todavía estamos trabajando con el lema de que nadie está a salvo hasta que todo el mundo está a salvo”.

La emergencia del hambre en el mundo 

Durante el encuentro, Marín, que lleva más de dos décadas colaborando con Manos Unidas, ha reconocido que esta ONG le “enganchó desde el principio, pues lo que hace es necesario e imprescindible en todo punto. Hay que concienciar a la sociedad española de la realidad del tercer mundo y nosotros lo hacemos, además, no sólo por solidaridad, sino porque consideramos a los pobres como hermanos nuestros; la vocación del cristiano es servir a los demás”.

El vicepresidente de Manos Unidas en Valencia ha reconocido, pues, que la acción social de esta organización está enfocada desde el mensaje evangélico: “ayudar a salir del subdesarrollo, de la injusticia, a los más pobres y, por otro lado, tratar de concienciar a toda la sociedad acerca de esta terrible realidad que es el hambre en el mundo”, ha señalado el cooperante. 

“La pandemia nos ha trastocado a todos porque esta emergencia, que es ya crónica para los más pobres, se ha complicado con la covid, pues ha llegado a un extremo de verdadera pobreza que es inadmisible. Muchos proyectos se han paralizado o se han tenido que transformar y estamos atendiendo necesariamente situaciones de emergencia, tratando de ayudar para que las personas no mueran por el virus, pero, fundamentalmente, para que no mueran de hambre”, ha subrayado Marín.

"Para hacer frente a las emergencias, la mejor apuesta es el desarrollo previo"

La labor de la Fundación Vicente Ferrer -que lleva más de cincuenta años participando en proyectos de cooperación, emergencia y desarrollo sostenible en algunas de las comunidades más discriminadas del planeta, en India- se ha puesto de manifiesto en la jornada, bajo la representación de su delegado en la Comunidad Valenciana, Sergio Morató.

Morató se ha dirigido a los alumnos y voluntarios de la UCV que han llenado el salón de actos para ofrecerles tantos ejemplos en los que ha descubierto que, “en los peores momentos, estas personas se han sentido valiosas y han querido reclamar su posición en la sociedad. Lo han hecho dando, no pidiendo. Una muestra son las 45.000 familias de agricultores que han querido donar una parte de sus cosechas, siendo agricultores de subsistencia, para que las personas que no podían salir de sus casas pudieran alimentarse. Ha habido más de 2.000 mujeres en 200 aldeas que se han unido para trabajar día y noche durante el primer mes de la pandemia para fabricar más de 5 millones de mascarillas que se han distribuido en toda la población. Hemos tenido estudiantes de Bellas Artes becados por nuestra fundación que, cuando cerraron las escuelas, quisieron volver a sus aldeas para pintar murales para las personas que nos sabían leer con el fin de transmitir aquellas medidas preventivas más importantes a la hora de frenar la expansión del virus”, ha detallado.

“Esto es lo que quisiéramos aportar: que, para hacer frente a las emergencias, quizá la mejor apuesta es el desarrollo previo. Hemos tenido también el impacto en nuestra área de sanidad. Tenemos tres hospitales y, durante todo este periodo de pandemia, hemos atendido a más de 8.900 pacientes afectados por la covid-19, pero hemos reservado un hospital para las mujeres, que son quienes más sufren esta pandemia. Hemos atendido en un año 14.000 partos y hemos instalado 4 generadores de oxígeno, que no teníamos. Estamos esperando la tercera gran ola en India, vendrá; pero estamos mejor preparados gracias a la ayuda humanitaria que hemos recibido”, ha concluido Morató.

Proyectos de cooperación internacional UCV

La siguiente sesión de las jornadas, centrada en los proyectos de cooperación que la UCV desarrolla en zonas desfavorecidas de Perú, República Dominicana y Guatemala, se celebrará el próximo 1 de diciembre, de 10:30 a 12:30 horas, en el aula magna de la Facultad de Magisterio y Ciencias de la Educación. En el encuentro intervendrán los responsables de esta acción social universitaria, profesores, estudiantes y voluntarios.