Pilar Frías
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Santoral: San Teodosio
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Universidad Católica de Valencia

Pilar Frías

Pilar Frías

Soy Pilar Frias y nací en Madrid en una época donde jugábamos en la calle, alcanzábamos la mayoría de edad a los 21 años y era necesario completar el servicio social para obtener el carnet de conducir. Recuerdo cómo durante todo el invierno, la sierra del Guadarrama permanecía completamente blanca.

A los 17 o 18 años, comencé a salir con un grupo de montaña. Nos reuníamos los jueves en club para planificar las salidas y recoger el material necesario para el fin de semana: cuerdas, mosquetones, clavos y drizas. Pronto empecé a escalar y descubrí que se me daba bien. Había pocas chicas en el grupo, así que me “adoptaron”, rodeada de grandes escaladores.

Mis primeras escaladas fueron en la Pedriza y la Cabrera. Mi primera vía larga fue en la cara Este del Naranjo de Bulnes en 1976. En 1978, hice la cuarta repetición femenina de la Rabada Navarro en la cara Oeste del Naranjo de Bulnes, donde dormimos en los Tiros de la Torca, con botas Galibier súper Guide y macutos con sacos de dormir. A principios de diciembre, con tres amigos, hice la primera repetición de la Directísima abierta por los murcianos, durmiendo colgados en la Gran Travesía de la Oeste.

Con el tiempo, escalé grandes paredes como Tarradest, Riglos, Midi d’Ossau y Ordesa, y poco a poco me convertí en alpinista, buscando nuevos retos en otros países, Dolomitas, Alpes Julianos, Alpes franceses. 

En 1981, los Andes de Perú, en 1984 una expedición femenina al Monte Kenia, y en 1986 el Langtang Lirung en el Himalaya, de 7.234 metros, donde una tormenta de viento nos obligó a abandonar a 200 metros de la cumbre.

Mi pasión por la montaña se extendió a otras actividades: carreras por montaña, esquí de montaña, triatlón, parapente y ciclismo. Cada una de estas disciplinas me permitió vivir la montaña de diferentes maneras.

Una vida vinculada a la montaña me ha permitido transitar y disfrutar diversas etapas: el descubrimiento y compañerismo de los primeros años, los retos y compromisos, la aventura en cordilleras lejanas, la etapa deportiva y de competición, y también la familiar. Cada una de estas fases ha enriquecido mi vida de manera única y significativa.

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