HUMANIDADES DIGITALES

Las humanidades digitales han abierto nuevos e insospechados horizontes a las disciplinas humanísticas, tanto para el avance de sus saberes como para ampliar su difusión al conjunto de la sociedad. De hecho, en los sucesivos manifiestos por las humanidades digitales redactados por las asociaciones y grupos de investigación dedicados a este ámbito se insiste en que su objetivo consiste en “profundizar el conocimiento, mejorar aún más la calidad de la investigación en las disciplinas nuestras, y enriquecer el saber así como el patrimonio colectivo, más allá de la esfera académica” (ThatCamp, 2011; The Digital Humanities Manifesto 2.0; Svensson, 2012). Los campos en los que las humanidades digitales han conocido un fértil desarrollo son múltiples, abarcando la codificación de fuentes textuales, los sistemas de información geográfica, la lexicometría, la cartografía en la web, las artes y literaturas numéricas e hipermediáticas, etc. Nuestro proyecto se enmarca en las diferentes aproximaciones a las figuras del mal en el mundo hispánico tanto en el pasado como en el presente de un modo interdisciplinar y transmedial. En este sentido, este proyecto pretende profundizar en las figuras del mal y de lo criminal más representativas de la literatura y cultura, no solo hispánicas sino europeas, desde el siglo XVII hasta el mundo contemporáneo. El hecho de traspasar fronteras y límites cronológicos responde, en primer lugar, al interés por establecer conexiones entre distintos espacios y tradiciones y, en segundo lugar, al deseo de fijar un período para nuestro estudio que permita visibilizar los puntos de contacto entre contextos históricos y movimientos culturales que, con sus continuidades y contrastes, fueron decisivos para la configuración de un imaginario del mal y del crimen que llega a nuestros días. Confluyen en esta propuesta varios ejes que se agrupan en torno al núcleo “maldad”: lo monstruoso, entendido no como anomalía física, sino como transgresión desde un prisma moral; lo criminal, en tanto estas figuras resultan dañinas y pueden atentar contra la integridad física y la vida de sus víctimas; y lo terrorífico, ya que el miedo resulta también un elemento imprescindible ante aquello que puede lastimarnos. Estas figuras fueron esgrimidas por los discursos dominantes para reforzar el imaginario hegemónico dentro de los cauces de la moralidad, subrayando la desviación y el error de los comportamientos alternativos. Sin embargo, desde esos márgenes que marcaban las fronteras de la corrección, el decoro y la legalidad, esas representaciones transgresoras pudieron constituir la inspiración de ideas y conductas subversivas. La interdisciplinariedad es uno de los rasgos más sobresalientes de la presente propuesta, con aportaciones desde la literatura, la historia, la historia del arte y la antropología que permiten abordar la complejidad y el carácter poliédrico de un tema como el planteado.