El Hospital Virtual prueba el ventilador mecánico desarrollado por el consorcio internacional MVM integrado por 150 científicos
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Santoral: Santos Inocentes
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Universidad Católica de Valencia

Investigación Covid-19

El Hospital Virtual prueba el ventilador mecánico desarrollado por el consorcio internacional MVM integrado por 150 científicos

El Hospital Virtual prueba el ventilador mecánico desarrollado por el consorcio internacional MVM integrado por 150 científicos



El Hospital Virtual (Centro de Simulación Médica Avanzada) de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha realizado las mediciones del ventilador mecánico desarrollado por el consorcio internacional MVM, integrado por laboratorios y universidades de España, Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos; en el que han trabajado más de 150 científicos internacionales, liderado por Cristiano Galbiati, investigador principal de la Global Argon Dark Matter Collaboration y por Art McDonald (Premio Nobel de Física 2015), para lograr un ventilador innovador, sencillo y de respuesta suave para uso en UCI y ante la escasez debida a Covid-19.

Dentro del consorcio español, los investigadores del CIEMAT (Centro de Astropartículas y Física de Altas Energías), y los especialistas y médicos del Hospital Virtual de la UCV, han probado el ventilador mecánico en el RespiSim System ASL 5000 de Medical Simulator, para conseguir resultados fiables, que sólo se pueden lograr en alta gama, y han realizado las pruebas con los estándares ISO que permiten certificar el dispositivo.

El Director del Hospital Virtual, Constantino Tormo, ha destacado “la colaboración solidaria de todos, entidades y personas, entre los que la Universidad Católica proporciona a los investigadores los recursos que habitualmente destinamos al alumnado de ciencias de la salud de la UCV, que hacen las prácticas con un simulador totalmente avanzado que reproduce cualquier patología pulmonar, como podría ser por COVID-19. Como es tan perfecto y está tan desarrollado y no tenemos alumnos presenciales, en solidaridad y lucha contra la pandemia, hemos volcado todos nuestros recursos humanos, tecnológicos, instrumentales, de espacios y fungibles para los investigadores que necesitan saber, colocando una patología, valorar cómo funciona su prototipo, y en este caso para verificar con total eficacia y eficiencia el funcionamiento de un nuevo ventilador mecánico”.

Por su parte, el investigador de CIEMAT, Pablo García Abia, ha explicado que “se trata de un ventilador novedoso porque no tiene partes mecánicas, se basa en el uso de electroválvulas -ya que la colaboración MVM se originó en el proyecto de investigación de materia oscura, que requiere experiencia en el uso de sistemas de gases y sistemas de control complejos, es decir, las exigidas para el diseño de los ventiladores médicos-. Es compacto, fácil y rápido de construir y es muy económico”, por tanto permitiría avanzar en resolver la escasez mundial, tanto actual como prevista, de ventiladores para tratar a los pacientes con COVID-19 en las UCI.

Tanto el software como el hardware están bajo licencia abierta y “hemos tomado precauciones para que no se pueda patentar ninguna parte del dispositivo ni del proceso de fabricación, de modo que cualquier empresa puede disponer de ellos para la fabricación de su propio ventilador mecánico”, añade Pablo García.

UCV y CIEMAT mantienen un convenio de colaboración en el desarrollo de proyectos I+D+i, y colaboración de personal investigador, expertos y técnicos en estancias de colaboración y formación.

“ESPIRITU COLABORATIVO PARA ACORTAR TIEMPOS”

El Consorcio del MVM actúa en un marco de innovación abierta para fomentar la colaboración en el diseño y los ensayos, lo que también minimiza el tiempo necesario para conseguir que los ventiladores se fabriquen y distribuyan a las personas que los necesitan, con espíritu de colaboración y transparencia, publicando regularmente informes de dominio público sobre los progresos.

Al inicio del período de confinamiento por el virus Covid-19 en Milán, el investigador principal de la colaboración, identificó la necesidad de ventiladores adicionales y recibió la autorización del gobierno italiano para desarrollar un primer prototipo con el apoyo de institutos de investigación y universidades, así como de empresas del sector médico. La colaboración se amplió rápidamente para incluir contribuciones de laboratorios nacionales y Universidades de Canadá, España, EE.UU y Francia.

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