Javier Díez: “Aunque todos los valencianos nos pusiéramos hoy la vacuna, estaríamos por encima de la cifra de incidencia necesaria para tener controlado el virus”
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Santoral: Santos Inocentes
Santoral: Santos Inocentes

Universidad Católica de Valencia

Jefe del Área de Investigación en Vacunas de FISABIO

Javier Díez: “Aunque todos los valencianos nos pusiéramos hoy la vacuna, estaríamos por encima de la cifra de incidencia necesaria para tener controlado el virus”

Javier Díez: “Aunque todos los valencianos nos pusiéramos hoy la vacuna, estaríamos por encima de la cifra de incidencia necesaria para tener controlado el virus”

La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado en formato online una mesa redonda valenciana de expertos sobre la situación actual de la pandemia por SARS-CoV-2. Dos de los especialistas de primer nivel que han participado han sido el director general de Investigación y Alta Inspección Sanitaria de la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Generalitat Valenciana, Javier Burgos; y el jefe del Área de Investigación en Vacunas de FISABIO y profesor de la UCV, Javier Díez Domingo.

En su intervención en el acto, el jefe del Área de Investigación en Vacunas de FISABIO y profesor de la UCV, Javier Díez Domingo ha asegurado que el final de la pandemia no está todavía cercano: “Ayer se publicaba el ensayo clínico de la nueva vacuna de Moderna, con una eficacia del 90%. Esto quiere decir que si todos los valencianos nos vacunásemos hoy pasaríamos de una incidencia de 1400 a 140, muy por encima de la cifra de 50 que establecen los epidemiólogos como cifra para afirmar que un virus está controlado. Es decir, vamos a seguir teniendo que mantener la distancia de seguridad física y las mascarillas durante bastante tiempo”.

Díez Domingo también se ha referido a las controversias sobre la seguridad de las vacunas. El profesor de la la UCV ha afirmado que existe un conocimiento de seguridad sobre estas vacunas “muchísimo mayor que sobre ninguna otra”.

“Dada la urgente necesidad de la vacuna se han desarrollado en paralelo las fases de los ensayos clínicos, pero eso no es, en absoluto, inseguro. Se acaban de publicar los ensayos clínicos de la vacuna para una meningitis, en los que se han incluido a 6.000 personas. Las vacunas de Pfizer, Moderna y Astrazeneca han incluido entre 40.000 y 50.000; y la de Jansen, casi 90.000”, ha aducido.

"EL RIESGO DE PADECER LA ENFERMEDAD ES INFINITAMENTE MAYOR QUE EL MÍNIMO RIESGO QUE PUEDA TENER LA VACUNA"

En opinión del  investigador de FISABIO, “merece la pena” ponerse la vacuna contra la COVID-19: “El riesgo de padecer la enfermedad es infinitamente mayor que el mínimo riesgo que pudiese tener la vacuna. Se está mirando con lupa el desarrollo de todas las que se iniciaron hace ya casi un año. De hecho, ha habido varias muy prometedoras que se han tenido que retirar de la carrera por pequeños problemas que se han detectado”.

“No podemos tener ninguna duda de que la mejor vacuna es la puesta. Además, se ha organizado una red europea de vigilancia sobre posibles efectos secundarios de la vacuna. En la Comunidad Valenciana tenemos, en ese sentido, un sistema informático avanzado que nos va a permitir saber qué vacuna se ha puesto cada uno. Esto que parece algo muy obvio y sencillo, no lo es. En muchas regiones de Europa no lo pueden saber”, ha añadido.

Díez Domingo ha aclarado también que las vacunas se han desarrollando con tanta rapidez “porque la primera parte de investigación para vacunas de coronavirus ya estaba hecha”: identificar qué parte del virus es “la que va a reconocer y atacar el sistema inmunitario del ser humano”, impidiendo que la enfermedad progrese: “Hemos tenido ya dos inicios de pandemias de coronavirus agresivos: el SARS CoV y el MERS, con los que ya se comprobó que la espícula del virus era fundamental para la inmunización. Ya teníamos la base”.

“Las vacunas de ARN, las que estamos poniendo ahora en España (Pfizer y Moderna), han convertido la parte del ARN que produce la espícula y convertirlo en ARN mensajero, que nunca llega al núcleo de la célula para que no se integre en el organismo. De ese modo, la célula humana produce espículas, que el organismo reconoce como extrañas y se crean anticuerpos”, ha explicado.

Las vacunas de Oxford y Jansen, próximas a autorizarse, por su parte, “utilizan un adenovirus que afecta a otros animales y no al hombre, modificado genéticamente para que no replique y para que exprese en su pared las espículas”.

JAVIER BURGOS: “CADA VEZ TENEMOS MÁS PERSONAS VACUNADAS, Y VAN A CAMBIAR LA DIMENSIÓN DEL PROBLEMA”

Por su parte, Javier Burgos se ha referido a los principales retos que encara actualmente la Conselleria: controlar la transmisión de la infección y que haya un incremento de la vacunación:  “La lucha contra la pandemia tiene dos ritmos: un primer nivel de contención, donde los sanitarios están en la brecha -cuyo cansancio está extendido a toda la población, aunque ellos son los que más lo sufren- y una segunda línea de contención que son los efectos de la ciencia y que empezamos a disfrutar ahora. Estaríamos en un escenario más sombrío si no tuviéramos las vacunas. 

Desde el punto de la investigación, el director general ha asegurado que “nadie estábamos preparados para esto; hemos recorrido una curva de aprendizaje todos”. A nivel de diagnóstico “hemos pasado de hacer centenares al día a miles, de tener un laboratorio en Madrid a tenerlo implantado en todos los hospitales de la Comunidad Valenciana. Tenemos equipos físicos y humanos que han mejorado nuestra capacidad de diagnóstico”.

Otra de las cuestiones que ha resaltado es que “los investigadores han mostrado una disposición común para luchar juntos contra la pandemia. A la Conselleria nos han llegado cientos de propuestas de todas las áreas que surgían de la necesidad de los investigadores de dar respuesta a la Covid-19”. Además, “no sólo han ayudado a corto plazo, sino que se han sabido organizar para optar a proyectos de investigación”. 

“El ímpetu inicial de los investigadores se solapó con los clínicos, sobrepasados en un primer momento. Así, hemos tenido que articular equipos de diagnóstico sin saturar a los de diagnóstico clínico. La UCV o laboratorios como el de Fisabio están en esta red que ha potenciado el diagnóstico”.

Igualmente, “no teníamos demasiados sistemas robotizados de análisis y en este tiempo se ha corregido. De los primeros diagnósticos, elaborados de forma más artesanal, se ha pasado a una profesionalización. Cada vez tenemos más personas vacunadas y van a cambiar la dimensión del problema".

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