Unidos a la Iglesia para rezar por la vida y por la paz, especialmente en Ucrania
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Santoral: San Juan Evangelista
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Universidad Católica de Valencia

Festividad de la Anunciación

Unidos a la Iglesia para rezar por la vida y por la paz, especialmente en Ucrania

Unidos a la Iglesia para rezar por la vida y por la paz, especialmente en Ucrania

Con motivo de la festividad de la Anunciación, la Universidad Católica de Valencia (UCV) se ha unido a la Iglesia universal para rezar por la vida y por la paz, especialmente en Ucrania.

Así, se ha paralizado la actividad académica para que toda la comunidad universitaria pudiese unirse a la oración a la hora del Ángelus, en cada uno de sus campus y sedes.

El encuentro se ha celebrado el mismo día que el papa Francisco consagra a Rusia y a Ucrania al Inmaculado Corazón de María.  A este acto se ha unido el gran canciller de la UCV y cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y con él la Iglesia de Valencia, en la Catedral, dando inicio a 24 horas de oración por la paz y por la vida. 

Consagración al Inmaculado Corazón de María de la Humanidad, en especial de Rusia y Ucrania

Así, cardenal Cañizares ha pedido por la paz en Ucrania y en Rusia “pero también por el mundo entero, ante las amenazas de que esta guerra se extienda a otros lugares”,  durante el acto de consagración de la humanidad, particularmente de Rusia y Ucrania, al Inmaculado Corazón de María, en unión con el Papa Francisco que presidió ayer tarde esta celebración mundial a la misma hora desde el Vaticano.

Cañizares ha asegurado que “esta consagración a la Virgen nos lleva a colaborar para que este mundo nuestro siga siendo jardín y casa para todos, siga siendo lugar de paz donde brote la vida, de verdad, las flores de un nuevo mundo que siembre esperanza”. Igualmente, ha asegurado a los ucranianos presentes el acogimiento en la diócesis, “yo estoy con vosotros, no me separo de vosotros, os quiero de verdad” - la Iglesia “no puede callar ante los abusos sociales, ante las injusticias y las opresiones, como las que estamos sintiendo en estos momentos con esta guerra”.

En la celebración de la Catedral, en la que ha participado la comunidad universitaria, el cardenal valenciano ha señalado que “para todos los que tienen que huir de su pueblo, de su casa, su ciudad y su patria, para ser acogidos como refugiados en otros países, hay una buena noticia para ellos, porque hay una luz, el Evangelio, que sigue iluminando hoy la oscuridad de la cultura de la muerte”.

“Hoy están rompiendo y disgregando a tantas familias que son origen y promesa de vida en países hermanos nuestros, y también existen ideologías destructivas que tanto daño hacen, en un nuevo orden mundial, como denuncia el Papa Francisco, y que son ideologías contrarias al hombre y a la vida”, ha subrayado.

Carta del Papa a todos los obispos

El papa Francisco ha remitido una carta a los obispos del mundo sobre el acto de consagración de la humanidad, particularmente de Rusia y de Ucrania, al Corazón Inmaculado de María.

En la misiva, el pontífice señala que “ha pasado casi un mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, que está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial”.

“La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto. En este sentido, agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, al ayuno y a la caridad. La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto”.añade.

Por este motivo, “acogiendo numerosas peticiones del Pueblo de Dios, deseo encomendar de modo especial a la Virgen las naciones en conflicto” este 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, en un acto de consagración de la humanidad, particularmente de Rusia y de Ucrania, al Corazón Inmaculado de María”, que se celebrará en la Basílica de San Pedro del Vaticano, en torno a las 18:30. Previamente, y como preparación, tendrá lugar a las 17 horas la Celebración de la Penitencia.

“Quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz”, concluye.